
A pocas decenas de kilómetros de Vicenza se encuentran Bassano Marostica.
La primera vincula su nombre a la grappa y a los espárragos blancos, muy valiosos y presentados en infinitas variaciones por los restauradores locales.
Marostica, en cambio, recuerda una antigua leyenda y una disputa que terminó con una partida de ajedrez en lugar del tradicional duelo entre caballeros pretendientes a la misma damisela. Para recordar este hecho, suspendido entre la realidad y la fantasía, todavía hoy, en el tercer fin de semana de septiembre de los años pares, se realiza una partida de ajedrez, jugada con personajes vivos en el tablero gigante instalado en la plaza principal de la ciudad veneciana. Con el telón de fondo de la recreación medieval, el siglo XIV y las murallas Scaligeri, aún bien conservadas, son imperdibles.

